(foto del album de FB de Pablo Mera: Pablo y Pachu en el Caracol)
Dentro sonaba el swing de los setenta: Bee Gees, James Brown, Los naufragos, lo poco permitido de Sui Generis, todo en vinilo de 33 y 45 RPM, con proceres como Caio Skill o Nicolas Delgado y un ignoto flaquito alto fanatico de los Beatles que cuidaba sus discos mas que a su novia y que se llamaba Mario Ferreiro.
En el pasaron playboys de la epoca: Toto Da Rosa, Juan Angel, Miguelito y Oscar Emilio Napout, el Bello Consul... y mujeres preciosas como las Zavala, Buongermini, Codas, Gorostiaga y demas apellidos de prosapia asuncena. Hubo trifulcas legendarias como la vez que le cachetearon al hijo del temible hijo del jefe de la siniestra policia de entonces...
Los ochenta sorprendieron al gigante achicandose ante la salida de las discotecas hacia afuera. Pero los noventa volvieron a dar esplendor al Templo de la noche asuncena, con sus viernes de garage o de salsa, sus sabados de tecno puro con la moda implantada desde alli de bailar sobre los bafles o en la pasarela que vio a una muy poco pulposa morocha llegada de Coronel Oviedo recorrer sus primeros metros, y desde alli saltar a todo el pais a ser la Lorena Arias que todos conocemos.
Un homenaje al Caracol. Y a la musica que bailabamos alli.
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